Reguetón climático
Los apagones de Puerto Rico y Bad Bunny, el parón del desarrollo humano y el Cluedo del cambio climático.
Hola, muchas gracias por volver por aquí. Hoy estrenamos plataforma, esperamos que te guste 🥳 Si tienes alguna duda o sugerencia, no dudes en hacérnosla llegar contestando a este correo o en redes sociales.
¡Ah! Y si en los últimos días recibiste un email que te daba de nuevo la bienvenida, lo sentimos, cosas del directo 👩💻
Vamos con las noticias de medioambiente que más nos han llamado la atención en la última semana. Si te han enviado esta newsletter y quieres suscribirte, haz clic aquí.
SIN LUZ EN PUERTO RICO
Cuando la periodista independiente Bianca Graulau hizo un reportaje sobre las injusticias en el acceso a la energía en Puerto Rico, probablemente no imaginaba que este iba a acabar en un videoclip de Bad Bunny. El cantante de reguetón ha mezclado el documental con una de sus canciones y en unos pocos días suma ya más de seis millones y medio de reproducciones en YouTube.
Tal y como se denuncia en el reportaje, la isla tiene graves problemas energéticos. El sistema eléctrico quedó muy dañado tras el paso del huracán María, que arrasó la red en 2017. Con la promesa de la recuperación, el Gobierno del territorio autónomo de Estados Unidos privatizó la gestión eléctrica el año pasado. Desde entonces, los problemas no han hecho sino empeorar y los puertorriqueños viven entre apagones y subidas del precio de la luz.
El pasado domingo, solo dos días después de la publicación del videoclip en YouTube, el huracán Fiona tocó la isla y volvió a dejar a sus habitantes sin agua y sin luz. A pesar de que el ciclón era “solo” de categoría uno, sus consecuencias fueron devastadoras. Esto se debe a que las fuertes lluvias inundaron zonas en las que apenas hay vegetación que absorba el agua y a que el territorio, a pesar de su experiencia reciente, todavía no está preparado para hacer frente a estas tormentas.
El huracán dejó al menos dos muertos, obligó a rescatar a más de 1000 personas que veían cómo el agua inundaba sus viviendas y dejó a más de un millón de familias sin luz. Como muestra el reportaje de Graulau, un gran número de puertorriqueños son escépticos respecto a la capacidad de sus líderes para responder a estos desastres.
Al otro lado del mundo, en Japón, el tifón Nanmadol deja unas 340 000 viviendas sin electricidad, al menos cuatro muertos y varios ríos a punto de desbordarse.
En Ancona, en el centro de Italia, las lluvias torrenciales dejan al menos 10 muertos y numerosos daños materiales.
Aunque es necesario realizar estudios de atribución individuales para ligar estas tormentas al cambio climático, sí se sabe que el calentamiento global aumenta el número y la intensidad de los fenómenos meteorológicos extremos como estos.
DE VUELTA A LA CASILLA DE SALIDA
Cuando hablamos del cambio climático y de la pérdida de biodiversidad, a menudo parece que la misión del ser humano es salvar el planeta o salvarse a sí mismo de la extinción. Pero, en realidad, lo que está realmente en riesgo no es el futuro de la Tierra ni del Homo sapiens. Lo que está en juego es nuestro bienestar y la estabilidad de nuestras sociedades.
En los últimos dos años, el 90 % de los países del planeta ha sufrido un retroceso en sus indicadores de esperanza de vida, educación e ingresos individuales. El último informe del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) señala que el desarrollo humano ha retrocedido a niveles de 2016, año en que se empezó a recorrer el camino hacia los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
La humanidad ha regresado casi al punto de partida. Y lo ha hecho por una combinación de factores entre los que destaca la pandemia (cuyo origen tiene mucho que ver con nuestra relación con la naturaleza), pero también el cambio climático, los eventos meteorológicos extremos y la crisis de biodiversidad. Los problemas energéticos y la inflación han añadido incertidumbre en el último año.
Para recuperar el camino desandado, el PNUD propone incrementar la inversión para proteger a la población más vulnerable, potenciar los seguros ante los desastres (sobre todo, los climáticos) e impulsar la investigación científica y social para buscar soluciones al laberinto en el que estamos metidos.
En su primer discurso ante la Asamblea General de la ONU, el nuevo presidente de Colombia puso el acento en la justicia climática. Gustavo Petro pidió abandonar la adicción al petróleo y que los países desarrollados financien la protección de la Amazonía.
En el mismo escenario y ante el mismo público, los países más vulnerables exigieron un impuesto global para pagar las pérdidas provocadas por el clima.
Desde que China dejó de importar basura de otros países, la Unión Europea y Reino Unido han multiplicado por 12 sus exportaciones de residuos plásticos a Turquía. El Observatorio de Derechos Humanos denuncia que los trabajadores de la industria del reciclaje turca, incluyendo niños menores de 10 años, están desprotegidos frente a las sustancias contaminantes con las que trabajan.
La danza de Bengala
Si hay un lugar en el mundo en el que ver dos tigres de Bengala bailando, tiene que ser la India. Allí viven más del 70 % de los felinos de esta especie. La imagen es una de las premiadas en los últimos Siena International Photo Awards.
UN HORMIGUERO GLOBAL
Pronto habrá 8000 millones de personas en el mundo. Las estimaciones de la ONU señalan el próximo 15 de noviembre como día clave para superar esta cifra (en esta web puedes seguir la cuenta atrás en directo). Si 8000 millones te parecen muchos, es porque hasta ahora nadie había contabilizado las hormigas. Por cada persona en la Tierra, hay 2,5 millones de estos insectos.
Basándose en el análisis de medio centenar de estudios de hormigas en todos los continentes, un grupo de científicos ha estimado que su población global asciende a 20 000 billones. Son tantas que, a pesar de ser tan pequeñas, su biomasa total es mayor que la de todas las especies de aves y mamíferos salvajes del planeta juntas.
Estas cifras no sorprenden si tenemos en cuenta que hay más de 12 000 especies conocidas de hormigas y que este insecto lleva habitando la Tierra desde la época de los dinosaurios. Se cree que evolucionaron a partir de antepasados similares a una avispa hace unos 130 millones de años, diversificándose a la vez que se expandían las plantas con flor.
Las hormigas son seres sociales, que se comunican entre sí y resuelven problemas. Algunas especies incluso han desarrollado su propia agricultura (cultivan hongos como fuente de alimento) y ganadería (crían pulgones y orugas para alimentarse de sus secreciones). Pero, sobre todo, juegan un papel central en los ecosistemas terrestres: son parte activa de los ciclos de nutrientes, la descomposición y la dispersión de semillas.
Cada semana, te traemos una noticia destacada de Climática, el medio español sobre cambio climático y medioambiente:
Eric Klinenberg: «No es compatible bajar impuestos con invertir en infraestructuras sociales necesarias»
El sociólogo estadounidense asegura que la infraestructura social puede paliar problemas como el cambio climático, el aislamiento social o la delincuencia.
En pocas líneas
El fundador de la marca de ropa Patagonia deja la empresa en manos de un fondo que asegurará que todos los beneficios (unos 100 millones de dólares al año) se destinen a luchar contra el cambio climático.
En Alemania, el abono de transporte público para el verano ha conseguido evitar la emisión de 1,8 millones de toneladas de CO2 a la atmósfera.
Una investigación muestra que los lobos, al igual que los perros, pueden sentir y mostrar afecto por las personas.
Vecinos de Sierras Chicas, en Córdoba (Argentina), llenan sus casas de marcas para no olvidar las consecuencias de las graves inundaciones que sufrieron en 2015.
La araña asesina de hormigas australiana caza a sus presas en apenas unos segundos con seda pegajosa y movimientos acrobáticos. Hay vídeo.
Desde mediados del siglo pasado, el clima árido avanza en España a un ritmo de 1500 kilómetros cuadrados anuales. Es el equivalente a una quinta parte de la provincia de Málaga.
Si el cambio climático fuese una novela de Agatha Christie o un juego de detectives, no tendríamos dudas para descubrir al culpable.
¿Te acuerdas de los elefantes que vagaban por China el año pasado? Han vuelto a su hogar tras un viaje de vuelta de 1400 kilómetros y 124 días.